En general todas las sopas calientes caen en la categoría de "comidas reconfortantes" y por ello todas son amor, pero yo personalmente prefiero las que tienen muchos ingredientes. Me gusta la sensación de sacar la cuchara llena y llevarme a la boca un montón de sabores diferentes pero también me gusta saber que cuando cocinas variado estás aprovechando mejor las propiedades de los alimentos.
En ese sentido, la sopa minestrone es un bombazo: básicamente puedes echarle las "sobras" que tengas guardadas en el refrigerador, desde la calabacita que se quedó ahí solitaria hasta el tóper de frijoles o pasta cocida que es demasiado pequeño para constituir una comida por si mismo.
Ahora bien, todas las maravillosas propiedades de una sopa de verduras se despedician un poco si la hierves demasiado. Lo mejor es utilizar las verduras crudas si es posible y apenas cocinadas al vapor cuando sea necesario y para eso está genial la Vitamix porque puedes echarle zanahorias y apio crudo y en unos minutos toda esa fibra y vitaminas estarán transformadas en una sopa caliente, que fue precisamente lo que hicimos para preparar esta versión de sopa minestrone.
Usamos 1 taza de caldo de pollo para licuar 2 tomates, media calabacita, media zanahoria, un poco de maíz, media taza de chícharos, medio diente de ajo, un trozo pequeño de cebolla, una rama de apio, una cucharada de pasta de tomante, orégano, comino y sal al gusto.
En cinco minutos, como les decía, todas esas verduras estaban convertidas en sopa caliente.
Al final agregamos un poco más de verduras (maíz, calabacita y chícharos) y unos frijoles, espolvoreamos con queso parmesano y servimos con una rebanada de pan hecho en casa. Nos quedó una cena perfecta para estos días tan fríos.
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Fotos: Héctor Barrera.
Nuestra Vitamix Ascent A3500 fue una cortesía de la marca.
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