Hay un deseo en el último día de mi año: contar mis bendiciones. Para alguien como yo, con tendencia a quejarse de todo, ese es un saludable y necesario ejercicio. En lo que respecta a mi trabajo en este blog, a veces debo recordar las cosas buenas que he podido hacer, sobre todo cuando me aburro y me dan ganas de descolgarlo. Son muchas, más grandes o más modestas, muy significativas o apenas un detalle, pero todas me llenan de alegría.
Consideré que este era un buen momento para, además de contar bendiciones, compartirlas con ustedes, los que pasan de vez en vez y me leen, porque como lo he dicho ya infinidad de veces, sin ustedes esto es nada.
Este año tuve la fortuna de colaborar con medios distintos a este blog y la dicha de que mi trabajo pasara de la red al papel.
Parece lejano, pero colaborar con Benetton fue una experiencia enriquecedora de muchas maneras: una experiencia que me permitió colaborar con un equipo muy grande, muy profesional y con muchos medios, compartir espacio con 16 importantes bloggers, trabajar al lado de un editor firme y exigente, pero brillante y generoso. Trabajar en It's My Time me permitió tocar límites desconocidos de mi: escribir en otro idioma y de otros temas... pero también límites que no tuvieron que ver con el ejercicio de escribir.
Al mismo tiempo, tuve la suerte de integrarme al equipo de trabajo de CyºZone. Otra experiencia que me permitió estar en contacto con personas de diferentes países, de conocer la verdadera práctica de la moda y la belleza -a mi me da por teorizar demasiado-, de conocer chicas muy divertidas y glamorosas. Lo mejor de ambos trabajos es que, combinados, me permitieron dejar la vida de oficina.
En cuanto al trabajo en papel, cuyos tiempos son muy distintos al trabajo en la red, ya tengo en casa los resultados.
Por un lado, un proyecto nuevo que empezó con todo: Circus, una revista-libro multilingüe escrita y fotografiada principalmente por bloggers de todo el planeta. Pensada y realizada por un equipo con sede en Alemania, buscaron autores dispuestos a abordar el tema "moda" desde perspectivas verdaderamente diversas. Yo aporté un artículo sobre un rito de alguna manera iniciático, uno de los más importante de nuestra cultura: las fiestas de quinceaños. Fue sorprendente para mi viajar de mis prejucios a mis juicios y verlos como iban variando en cada etapa de la investigación. El momento gracioso fue cuando el equipo editorial me pidió las fotos de mi propia fiesta para ilustrar el artículo. "Imposible", tuve que responderles, "no puedo mandarles fotos de una fiesta que no tuve".
Y por otro, una colaboración con una de las editoriales más glamorosas de la Ciudad de México: Editorial Mapas. Aquí es donde aclaro que mi trabajo no fue nada glamoroso pero, para compensar, diré que fue absolutamente divertido: en esa Guía del Centro Histórico han contemplado todo, edificios, gente, historia, lugares para comer, vida nocturna y la sección que estuvo a mi cargo: compras.
Pasé un mes caminando desde La Merced hasta Bucareli, perdiéndome en las callecitas de Tepito y en los alrededores de Garibaldi en búsqueda de los sitios más especiales para comprar cualquier cantidad de cosas. Un mes hablando con vendedoras de vestidos de novias y chicos en las librerías de viejo y perdiendo el tiempo probándome ropa que no compré en vez de tomar notas para mis reseñas. Amaba el Centro Histórico y después de esto lo amo aún más. Encima, en Mapas me dejaron decir lo que se me dió la gana sobre los lugares que visité. Aprovecho para agradecer a Plaqueta quien algo tuvo que ver con que pensaran en mi y a Guillermo Osorno por ser tan encantador conmigo. También aprovecho para clavar un comercial, porque la Guía estará a la venta a partir de Enero (o sea ya). Es muy bonita, verdaderamente vale la pena.
No sabemos que hay en el próximo año. Nos vemos entonces.
Pasé un mes caminando desde La Merced hasta Bucareli, perdiéndome en las callecitas de Tepito y en los alrededores de Garibaldi en búsqueda de los sitios más especiales para comprar cualquier cantidad de cosas. Un mes hablando con vendedoras de vestidos de novias y chicos en las librerías de viejo y perdiendo el tiempo probándome ropa que no compré en vez de tomar notas para mis reseñas. Amaba el Centro Histórico y después de esto lo amo aún más. Encima, en Mapas me dejaron decir lo que se me dió la gana sobre los lugares que visité. Aprovecho para agradecer a Plaqueta quien algo tuvo que ver con que pensaran en mi y a Guillermo Osorno por ser tan encantador conmigo. También aprovecho para clavar un comercial, porque la Guía estará a la venta a partir de Enero (o sea ya). Es muy bonita, verdaderamente vale la pena.
No sabemos que hay en el próximo año. Nos vemos entonces.