Casa Condesa es un centro de diseño recién inaugurado. Su peculiaridad principal radica en dos cosas: su enfoque en el diseño de aspecto reconociblemente mexicano y la reutilización de materiales en formas muy imaginativas -como floreros hechos con bloques rotos de concreto-.
Para empezar, la fachada de Casa Condesa está compuesta por polines de construcción y el resultado es espectacular aunque el proceso de selección de los polines fue vagamente tortuoso, según nos contaron el día que conocimos el sitio. Ese proceso me parece interesante, quiero decir, la reutilización de objetos con fines distintos a los originales. No es sencillo, en casa estamos haciendo algo similar -y por "estamos" me refiero a que lo está haciendo Héctor, yo me limito a ponerle hielos a sus cocacolas- y el proceso en efecto es laborioso pero el resultado es que lo que tienes en casa es único, no lo tiene nadie más.
Me gusta la posibilidad de dotar de personalidad a un espacio a partir de objetos seleccionados con cuidado. Así, un cajón de madera puede ser un revistero, una típica banca de parque puede ir perfecto en el pasillo de entrada o unos antiguos baules pueden darle todo un nuevo aspecto a una habitación.
Algo así sucede con los objetos que se venden en Casa Condesa. El día que fuimos había una cama con un cabecero de mármol. Aunque puedes ordenar tu propio cabecero a partir de los mármoles disponibles, cada pieza es única. Con sus propias vetas y especificidades.
Es interesante ver las combinaciones en cada habitación de este centro de diseño. Cada área es un espacio único, donde todos los objetos están a la venta pero a menos que te lleves toda la habitación -lo cual sería tan poco interesante como vestirse de pies a cabeza como el maniquí- cada detalle deberá encontrar su lugar en tu propio hábitat.
Se antoja infinta la diversión de buscar los objetos para una casa.
Casa Condesa está en Amsterdam 263. Más info
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