escuchar a mis amigas...

Y sin embargo haría falta vernos con los ojos con que nos ven los hombres que nos quieren.

Ya sé, cualquier mujer inteligente brincaría para decirme que no necesito de un hombre para validarme. Pero ese cuento que se lo cuenten a alguien que nunca haya amanecido en brazos de uno de ellos sintiendo que no hace falta nada más en el mundo.

Que se lo cuenten a una mujer a la que no le haya recorrido una oleada de temblores con un cumplido susurrado en público.

Que se lo cuenten a una mujer que no se haya sentido bella por sentirse deseada. Ninguna de nosotras es su cuerpo, pero tampoco ninguna de nosotras es solamente su brillante inteligencia.

Ahora trabajo y veo por mi misma y vivo un proyecto que me llena de satisfacciones, pero también necesito y claro que necesito el encuentro sensual con la otredad masculina, el deseo de ida y de vuelta.

Texto escrito por mi, hace años.
Imágenes.