Avatar (¡atención! este post está lleno de espoilers)

Si no han visto Avatar y no quieren saber nada, no sigan leyendo. Espoiler, espoiler. Quedan avisados.

Prólogo: fui a ver Inglorius Basterds y no me gustó. Y en cada ocasión que dije algo como "no me gustó Inglorius", alguien preguntó "Pero, ¿es que a ti no te gusta Tarantino?" Y yo nomás no entendía que tenía que ver una cosa con la otra e incluso me burlé un poco de la pregunta. Tiempo después vi por segunda vez Blueberry Nights, que me fascina. Al día siguiente le preguntaba a un amigo "¿te gustó Blueberry Nights?" y mi amigo respondió que no. Así que le dije "bueno, ¿pero te gusta Wong Kar-wai?" y acto seguido me dió mucha risa porque justo hice eso que me parecía tan tonto.

Regresando a Avatar. Si me preguntan si me gusta James Cameron, no podría negarlo ni afirmarlo. Me gustan mucho los dos primeros Terminator y Mentiras verdaderas me hace reir tanto que si la encuentro en la tele la veo de nuevo con todo y los comerciales. En cambio Titanic no me gusta ni poquito. Me parece aburridísima, cursi hasta decir basta y, en fin, una mala película. Para que vean que soy amargadita desde chiquita, la vi en el cine y la detesté desde entonces.

Mi novio, en cambio, es fan del trabajo de Cameron. Así que cuando anunció que iba ir a ver Avatar en 3D y toda la cosa, le dije que pasaba, que no pensaba pagar 70 pesos por una siesta de tres horas porque fijo, me iba a aburrir muchísimo. Y aquí entra en escena @angelbc quien me insistió que la viera porque dudaba mucho que me fuese a resultar aburrida. Gracias a Ángel me decidí a acompañar a mi novio y resultó que la pasé incluso mejor que él.

El guión de Avatar es ciertamente la versión espacial de Pocahontas. La Pocahontas de Walt Disney, que quede claro. Cosa curiosa, Pocahontas me gustó muchísimo. Mi yo secreto disfruta enormidades con la fábula improbable de la mujer en armonía que le descubre el mundo al macho alfa y cambia por completo la existencia de éste último (en el fondo soy una cursi sin remedio, lo sé).

Hay otros dos elementos del guión que me entusiasman, el descubrimiento del mundo como por vez primera y el viaje iniciático del guerrero. El 3D logra que lo primero resulte mágico, con esas escenas completamente sensoriales: correr descalzo sobre la tierra, nadar casi desnudos, volar a través de unos paisajes de ensueño sobre el lomo de unas bestias prehistóricas. Por otro lado, la travesía del guerrero (el guapísimo Sam Worthington... ¿dónde, oh dios, estaba?) es tan emocionante que me hizo gritar en plena sala. Gritar, literalmente.

El mundo de fantasía creado para la película es alucinante, todo brilla, medusas flotan, cenizas vuelan por toda la sala... es una selva ácida allá afuera. Y el diseño de las criaturas extraterrestres es una muy eficaz trampa, con esas proporciones alargadísimas y esas caderas afiladas y músculos bien torneados. Trampa, trampa. Pero qué agradable resulta.

En fin, que el alucine visual y el despliegue técnico ya desquitan el precio del boleto. Si encima uno logra dejarse de prejuicios y, flojito y cooperando, se engancha en la montaña rusa de emociones bien básicas que Cameron sabe manejar muy bien, no como otros (George Lucas te estoy viendo), entonces se pueden pasar tres buenas horas de entretenimiento escapista y salir del cine con las endorfinas muy arriba. Por otro lado, sí hay que evitar ponerse muy exigente con las estrepitosas fallas de la trama. Los deux ex machina están de a peso y cualquier espectador familiarizado con los usos hollywoodenses puede adivinar la trama completa a la media hora. Abundan los clichés y las lecturas planas, las paradas obligatorias y las fórmulas conocidas. Personalmente cuando empiezan las explosiones y los balazos mi interés se dispersa gachamente y los momentos místicos/superticiosos me resultan de pena ajena pero así con todo no puedo quejarme demasiado: me reí a carcajadas, lloré en serio una vez, mi corazón de pollo se conmovió en muchas ocasiones y al final terminé totalmente complacida de que el bien triunfase sobre todas las dificultades. La fantasía me viene muy bien de vez en cuando.