¿queremos solamente princesas viviendo en castillos de cristal?

La moda, como industria, no se caracteriza por su sensibilidad. Sin entrar todavía en discusiones sobre si frivolidad o no, concédanme que no es una industria sensible. Cómo puedes traer encima un bolso de mil quinientos euros y esas cosas.

Quizá esa es la razón por la que cuesta trabajo tomar en serio las cosas que se dicen desde la industria, como no sea "esta temporada se lleva la mezcla de estampados".

A veces, a la industria de la moda (así, en bloque) le da por las reivindicaciones. Como ahora, que están de moda las modelos curvilíneas y la "belleza real" -término idiota donde los haya-. No nos engañemos, es una moda pasajera.

De eso ya escribí más ampliamente acá donde Ángel Buendía.

Sin embargo, como en todos lados, hay gente inteligente y tonta, profesionales talentosos y charlatanes que se hacen los interesantes. Y como en toda industria creativa, hay comentarios sobre temas sociales, provocaciones y meteduras de pata. Si algo es difícil de discutir, es que en la industria de la moda hay creación y un algo que se mueve.

La gente que se dedica a la moda la tiene especialmente difícil cuando se trata de tocar el lado oscuro del ser humano y ya no digamos entrar en el terreno de los temas sociales. Si el creador se queda corto, corre el riesgo de parecer adolescente emo azotándose o peor aún, ser obvio y literal como las chicas de Rodarte.

¿Cuál es la diferencia entre el labial Ghost Town y uno de aquellos anuncios de Benetton de los 90's? Desde mi perspectiva, la diferencia radica en que, cualquiera de las fotos de Oliviero Toscani tiene valor artístico por si mismo. Un labial no es otra cosa que un cosmético y el nombre que se le ponga es una cuestión de mercadotecnia, no hay arte ahí.

Y así llego a donde quería: las editoriales de Steven Meisel para Vogue Italia. Yo fui bien fan de la editorial de la generación twitter y de la portada donde Karlie Kloss se cae una vez y otra y otra. En cambio Sr. Quinquillero aborrece cuando a Meisel le da por hacer de noticiero. Lo linkeo para beneficio de quién pase por aquí pues Quinquillero es alguien que verdaderamente sabe de moda.

Menciono esos dos trabajos (el de twitter y el de las caídas) e inmediatamente siento que Meisel no se toma muy en serio a si mismo. Hoy por hoy es uno de los fotógrafos de moda más importantes y tiene el buen humor de armar una ficción en la que está enfermo y pide a las modelos que se tomen las fotos como sea y las suban a internet. Sin embargo...

El número de Agosto de Vogue Italia tiene la portada y una de sus editoriales dedicada a los derrames de petróleo. ¿Será que va a haber quién se sienta ofendido por la glamourización de un desastre de estas proporciones? Puede ser. Sin embargo las obras de arte no están completas sino hasta el encuentro el espectador y las sensaciones que este produce. Esta editorial me parece una gran pieza porque la miro y lo que causa en mi es desazón y un desagradable sentimiento de que, como humanidad, estamos haciendo muy mal las cosas.

Mira aquí el detrás de las cámaras.

¿Ya notaron el título en la portada? La última ola. Hay que ser muy ácido para tirar semejante título tan lleno de sarcasmo.