mi Vogue Shopping Experience

En una iniciativa similar en forma aunque de distinta naturaleza a la Fashion's Night Out (FNO), Vogue México organizó Vogue Shopping Experience (VSE) y eso fue ayer.

Así que a Masaryk nos fuimos Bere, Paty, Juan, Aldo y Paola. Fue gracioso porque nos citamos en el Starbucks de pasaje Polanco, y de pronto llegó otra bandita de chicos con cara de fashion bloggers: bien vestidos (pero no como "bien" con traje y corbata sino como blog de streetstyle) y todos con cámaras fotográficas. Fue como una de esas intros de los Simpsons en las que la familia amarilla llega al sofá y éste ya esta ocupado por otra familia Simpson (o Thompson).

Bueno, la idea era recorrer todas las tiendas e ir consiguiendo sellos en este pasaporte

y lo divertido era que no necesitabas comprar nada para que te lo sellaran. Ahí es donde se nota la diferencia de intenciones entre VSE y FNO. Mientras la iniciativa extranjera pretende ayudar a la economía de su país, acá el deseo primero era acercar al público a las boutiques de lujo. Y algunas boutiques entraron muy pero que muy bien al juego, aunque otras no tanto.

En general, en ninguna tienda a la que entramos te atosigaban para venderte nada. Más bien en la mayoría ofrecían algo de beber o de comer, aunque al principio de la tarde el ambiente estaba un poco solemne en general. Un poco de música hubiese ayudado bastante (en Tiffany tenían un DJ y se notaba la diferencia).

Entre las boutiques que estaban muy en lo suyo era Ferragamo: desde la entrada te recibían muy jovialmente y te animaban a entrar si dudabas un poco. En cambio en Frattina estaban un poco despistados sin saber muy bien qué hacer con un grupito de muchachos escandalosos (para entonces habíamos encontrado a Ebbani) que toquetaban todo y tomaban fotos a todo. El momento fail fue cuando el poli de la tienda alcanzó a Bere y Ebbani para tomar sus datos en un papelito.

El tema fotos, aunque creo que se fue relajando gradualmente, fue un mal tema. De inicio Bere estaba fotografiando a Paty dentro de pasaje Polanco y llegaron unos guardias a intentar prohibirlo pero finalmente no lo prohibieron. En Frattina lo del poli, en Hermès preferimos preguntar y primero nos dijeron que no pero luego si nos dejaron tomarnos fotos con los carrés puestos (hubiera sido una desilusión no poder hacerlo, es maravilloso como cambia todo tu aspecto cuando te echas uno de esos pañuelos encima).

ese misterioso movimiento se lo debemos al pulso de maraquero de Aldo

Cuando digo que unas boutiques le entraron muy bien al juego y otras no, me refiero al hecho de que fuimos mucha gente que no podemos pagar lo que esas boutiques venden. Sin embargo, es un error que los dependientes traten de juzgar quien puede pagar y quien no. Por otro lado, si aceptas participar en un evento en el que va a haber mucha gente en la tienda, y además se van a servir chocolates y vino tinto, es probable que una prenda cara muera en el camino. Por eso en Burberry fue un poco chocante que una vendedora se estresara cuando empezamos a probarnos los abrigos (y para entonces el grupo había crecido con el encuentro de Karla, Salvador y Alexino). Afortunadamente aquello estaba lleno de muchachos guapos, coquetos, solícitos y guapos que nos daban champaña y frambuesas y sonreían todo el tiempo (¿si les mencioné que eran guapos?).

Caso contrario Marc Jacobs, donde no recuerdo cuál era la actividad especial, pero si recuerdo a las dos chicas que atendían la tienda, súper amables (todas las veces que he ido a esa boutique son súper amables, soy bien fan). Ahí también nos probamos los abrigos, increíblemente bellos y sorprendentemente ligeros, con tan buena fortuna que cuando pasó Anna Hughes me dijo "te ves guapísima". Así que nada, mi ego puede comportarse como se le dé la gana porque ya tengo aprobación expresa de Vogue.

bueno, aquí ya había pasado el momento, pero si ven en el fondo, yo me negaba a quitarme el abrigo

Otras tiendas a las que entramos fueron Gucci, donde habíamos estado el día anterior para conseguir nuestros pasaportes y donde estaban muy relajados en su onda "recibir a las visitas", Montblanc donde había un grafólogo del cual sospechamos que más bien era brujo, Nesspreso donde si que me planteé la posibilidad de conseguirme una de esas cafeteras -me sirvieron un expresso exacto exactísimo a mi gusto personal-, Chanel donde nos tomamos esta foto y Frette donde conseguimos las playeras oficiales. Para entonces ya andábamos también con Alonso, Beto Moreno y Rene.

Después de eso nos tuvimos que ir y me perdí lo que dicen era la tienda más animada: Zara, pero bueno, espero que vayan saliendo las reseñas bloggers para enterarme de los detalles. Iré anotando los links acá, porque seguro hay más chisme y mejores fotos.

Fashion Spot México.
Aldo en los tiempos de la Haute Couture.
Guapología.
Tarde o Temprano.
Coolhunter/Mexico.
Mademoiselle Karla.
Irais.
Lusasul.
Meet Ame.

En fin, creo que como primera tentativa, Vogue Shopping Experience sale con balance positivo. Y si se repite, un poco de relajación extra estaría rebien. Podría ser una fiesta más (precisamente) festiva, menos estirada en algunos aspectos, quizá más extensiva a la calle para no dejarla confinada dentro de las paredes de las boutiques y así hacer viva a la Avenida Masaryk, que al final es esa, creo, la intención principal de la experiencia.