John Galliano se va de Dior, yo me hago preguntas sobre la doble moral de la industria

Natalie Portman tiene razón: "...esos terribles prejuicios son lo opuesto a todo lo que es hermoso".

Se refería, evidentemente, a los insultos antisemitas proferidos por Galliano que han terminado por ser la razón de su despido de la casa Dior. Si alguna duda cabía y algunos queríamos de todo corazón creer que todo era una mentira, apareció este video para despejar por completo la situación.

Estoy convencida de que Portman tiene razón. El racismo y la xenofobia son lo opuesto a lo bello que tenemos como seres humanos. No voy a justificar a John Galliano pero si. Me parece que el caso es bastante complejo y me cuesta trabajo aclararme hasta poder dar una opinión unívoca...

Empezando por la casa Dior y su política de cero tolerancia hacia toda actitud racista o antisemita. ¿Nadie en Dior sabía del antisemitismo del diseñador?¿Están tan sorprendidos como nosotros?¿En serio?

¿Y su política de cero tolerancia contra el racismo?¿Cuántas modelos negras o asiáticas han desfilado para la casa Dior en los últimos, digamos, cinco años?¿Cuántas blancas? (Así por encimita, conté cinco negras, una latina y dos asiáticas en el último desfile prêt-à-porter de la casa, ocho modelos de colores en un desfile de 47 salidas).

Cierto. Eso es un endeble argumento ad hominem. No porque en Dior sean racistas Galliano lo puede ser. No porque en Hugo Boss hayan diseñado uniformes para los nazis el diseñador en jefe de Dior (ahora ex) puede ir por ahí diciendo que ama a Hitler. Y menos en Francia (digo, no está bien amar a Hitler en ninguna parte, pero en México no es ilegal mientras que en Francia y Alemania si que lo es).

Lo único que quiero decir es que la industria de la moda y el entretenimiento es tremendamente incrongruente y de una doble moral espantosa. Todo el mundo hace las cosas no porque esté bien o porque sea lo correcto, sino porque les conviene. La pregunta es ¿porqué le conviene a Dior deshacerse de Galliano en este preciso momento?

Introduzco en este momento, a manera de ejemplo iluminador el caso Top Gear. Si son mexicanos seguro lo conocen perfectamente más permítanme hacer pequeño resumen. Conductores ingleses de programa de la BBC dicen en su programa que los mexicanos son "flojos, irresponsables, gordos y flatulentos" añaden que la comida mexicana es principalmente "vómito con queso" y que el embajador mexicano en Inglaterra ni se va a quejar porque es un haragán y de seguro está bien dormido (aquí el video). Por supuesto que el embajador mexicano se quejó, exigió una disculpa, etc ¿qué hace la BBC? emitir un comunicado deslindándose de las "opiniones personales" de los conductores de Top Gear y añadiendo que "ese es el sentido del humor del programa". No hubo disculpa por ningún lado y todos seguimos con nuestras vidas. ¿Es indignante? Si (y oh cuánto lo siento, también fue gracioso). ¿Es malo? Vuelvo a mi punto: la xenofobia nos daña a todos en cuanto humanos.

Evidentemente la política de "cero tolerancia" que practican en Dior no permite una solución de ese tipo. Tendría gracia en todo caso que Sidney Toledano, presidente y CEO de Dior y jefe de Galliano, judío para más señas, dijera que todo eso de gasear a las familias de la gente es una opinión personal de su empleado y que él, Sidney, se deslinda.

Sigo mezclando: como todos sabemos, la carrera de Kate Moss languidecía feamente hasta que un tabloide publicó en 2005 unas fotos de la modelo consumiendo cocaína. La primera reacción de muchas (7 contratos cancelados, de hecho) casas de moda fue alejarse de la modelo. Chanel, Burberry y H&M entre otras. Una de las pocas casas que siguió contratándola para campañas fue, precisamente, Dior.

Kate pidió disculpas públicas, se fue a rehabilitación y su carrera volvió a despegar. Hoy día está tan vigente como es posible. Ya hemos dejado claro que el antisemitismo es contrario a lo que es bello. ¿Y el uso de drogas? Tampoco aquí tengo una opinión inflexible, pero el consumo de drogas en los países desarrollados es causa de muchas desgracias en los países del tercer mundo en las que éstas se producen y transportan. Dior (y, en general, la industria de la moda) debería tener una política de "cero tolerancia" hacia el uso de drogas. O hacia los diamantes de dudosa procedencia. Y así podríamos seguirnos de largo un buen rato.

Suelo decirlo con algo de frecuencia: el mundo de la moda no es sensato ni coherente. Simplemente no está en su naturaleza. Ojalá lo fuera. Y si claro, ojalá el mundo fuera un lugar justo. Es muy triste que uno de los grandes genios de la moda se vaya de  esta manera de una de las más grandes casas. Es, como bien lo dice Suzy Menkes, muy patético en el sentido etimológico de la palabra. Personalmente me mueve más a compasión que a condena. Y sólo espero que todos los que condenan a Galliano estén igual de prestos para condenar todo lo que, dentro de la moda, es opuesto a la hermosura.