Botica Punk: la sentencia de Las Pussy Riot

Yo soy definitivamente pop. En mi iPod hay de todo lo más pasteloso y sencillo de escuchar, desde Britney hasta Shakira, las Spice y Lady Gaga también. Antes me daba pena admitirlo pero desde que dejé de ser fashion blogger encubierta ya puedo admitirlo todo: lo mío lo mío es el pop.

Lo cual da pie a que los amigos de de @HconSombrero le hayan dicho alguna vez "¿En serio?¿Tu novia es popera?". Lol, si. Porque desde que comparto el estudio con Héctor mis fronteras musicales se han expandido. No digo que haya dejado de ser popera y definitivamente el punk no es lo mío pero siempre me molestó que dijeran que Avril Lavigne es punk (aunque sea "happy"... y pensándolo, con mayor razón porque es happy) y me choca que las estrellas pop se hagan los muy malos.

 
En esta casa nadie es más purista que Héctor, debo decir. Y sin embargo puedo estar muy de acuerdo con él en lo que al punk se refiere. Verán. Este post empezó hace unas tres semanas, cuando sonaron los Sex Pistols en la inauguración de los olímpicos: mientras la reina Isabel se aburría como ella misma, en los altavoces Johnny Rotten gritoneaba Dios Salve a la Reina, a su regimen fascista que te ha convertido en un imbécil y Héctor me decía "ahora si el punk ha muerto".

Ahora que con lo de las Pussy Riots nos dimos cuenta de que el punk no se murió, sólo cambió de nacionalidad. Me refiero a ese espíritu transgresor y malhechote del punk. Qué tiene que Sid Vicious no fuera capaz de tocar el bajo si tenía toda la -mala- actitud de mundo. Lo importante del punk es que es incómodo y furioso ("salvaje y DIY" precisa Héctor).

Las Pussy Riot (para empezar, si ese nombre no existiera habría que inventarlo) son un grupo de punk ruso y acaban de ser sentenciadas a dos años de cárcel por "vandalismo basado en odio religioso" después de meterse hasta el altar de la catedral ortodoxa más importante de Rusia para interpretar un tema punk en el que se cargan al patriarca de la iglesia ortodoxa y a Putin, el presidente ruso.



La música de las Pussy Riot me parece horrible. Héctor dice que suena a punk de hace 30 años. Qué les hayan preguntado si van a pedirle un indulto a Putin y su respuesta sea "¿Es broma? Por supuesto que no lo haremos. Es él quien debe pedirnos indulto a todos nosotros" me parece genial. Ese es el verdadero espíritu del punk. En este blog celebramos que no lo hayan enterrado durante los olímpicos en Londres. A pesar de lo que pueda parecer, celebramos la transgresión. La verdadera, claro está.

1 comentario

  1. El punk, personalmente, siempre me ha parecido un género desastroso. Sin armonías, ni propuestas musicales, ni grandes voces, y muchos muchos ruidos. No obstante, el punk es eso: rebeldía, anarquía, cuestiónate, o como se repetía Renton en "trainspotting" sarcásticamente: Get a life, get a job.

    Me parece un post muy atinado sobre esto último que mencionas: la transgresión (única y última) del género.

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