Usando un hashtag en el título me doy cuenta de que si, merecemos ese apodo que alguien nos puso: blogueras hastagueras. El hashtag es parte importantísima del ecosistema de las bloggers de moda y este en especial: #VenusTour, te puede llevar a cosas muy lindas en Instagram y en Twitter. ¿Te gustaría descubrir nuevas bloggers de América Latina? Dale al hasthtag.
Los bonitos azulejos panameños que están por todo el país y mis inseparables Birkenstock
Una docena de blogueras hashtagueras nos reunimos en Panamá para conocer el último lanzamiento de Gillette Venus: Venus Breeze, un rastrillo que elimina la necesidad de usar espuma de afeitar o (¡no lo hagas!) espuma de jabón para rasurarte (no lo haces ¿o si?). Eso lo voy a escribir en un post aparte que podrás leer la próxima semana que puedes leer aquí.
La vista de los rascacielos desde el Casco Antiguo
Nunca se me habría ocurrido ir de vacaciones a Panamá. No sé, no es un destino que tuviera en mente. Lo cual está muy mal porque Panamá es un gran destino turístico. Ya en el trayecto entre el aeropuerto y el hotel me sorprendió ver que es una ciudad densa en rascacielos al estilo de Manhattan. Al estar situada en la mitad justa de América Latina, su aeropuerto cuenta con muchísimas rutas y horarios, la parte moderna de la ciudad es un importantísimo centro de negocios y la parte vieja, el llamado Casco Antiguo, es un lugar encantador al que se le notan sus cientos de años de historia.
Nos alojamos en una propiedad restaurada que tiene más de 100 años de existencia. Por lo que investigué, es EL hotel para alojarse en el Casco Antiguo, dónde se han quedado celebrities y modelos en sus visitas a la ciudad. Eso también merece un post aparte y pronto lo encontrarán en Los Tocinantes.
Terraza del American Trade Hotel
El American Trade Hotel me conquistó en cuanto llegué a mi habitación y vi que había un perchero para mi bolso. Después me fijé en el piso de azulejos pintados a mano, un tipo de piso que está por todo Panamá. Localizado en la parte central del Casco Antiguo, a unos pasos de la catedral, es un punto de partida para realizar recorridos a pie por las calles adoquinadas en una zona repleta de restoranes y bares, galerías de arte y emplazamientos históricos.
La bolsa es de Crabtree México
¡Miren, una selfie! (No esperen que esto pase muy seguido...)
Un día del viaje lo dedicamos a ir la comarca Guna Yala, un territorio indígena pegado al mar caribe y con un archipiélago de 365 islas. Tal vez te suene más con su anterior nombre: San Blas. Ahora se llama Guna Yala porque pertenece a la etnia Guna y, aunque está bajo la juridiscción de Panamá, tiene sus propias leyes. Eso daría para aún otro post que no sé si voy a escribir alguna vez. Trataría sobre una revolución indígena en 1921 que terminó en un territorio autónomo y sobre un pueblo fascinante y orgulloso con la piel muy tostada y mujeres que llevan aros de oro en la nariz.
Las mujeres Guna realizan un arte textil llamado mola que consiste en una técnica de bordado con patchwork y cuyo resultado final son telas coloridas con diseños de animales o flores o figuras abstractas. Casi nunca traigo souvenirs de mis viajes como no sea comida chatarra pero ahora si me arrepentí de no traer molas.
Llegar a Guna Yala desde la ciudad de Panamá es un pequeño sacrificio que vale mucho la pena. Primero te avientas unas horas por carretera normal y luego entras a una zona montañosa con una carretera de sólo dos carriles con curvas muy cerradas. El trayecto únicamente se puede hacer en camionetas 4x4 y dura en total unas tres horas y media tras las cuales todavía te faltan otros 40 minutos en una lanchita, brincando olas, para llegar a las islas. Al principio le pregunté a Guapóloga, medio en broma, si apreciaba mucho sus posesiones materiales. Después le pregunté, ya con el humor más negro, si apreciaba mucho su vida...
La única e irrepetible Reina de la Diversión: @guapóloga
I regret nothing
Afortunadamente los Gunas que tripulan las lanchas saben lo que hacen y cuando llegamos a un catamarán alquilado donde nos esperaban langostas y cervezas me quité los sarcasmos y me puse el traje del baño para nadar todo el día en el caribe.
La intención de Gillete Venus es que cada mujer se sienta como su propia diosa. Ese medio día flotando en el caribe estrellado de estrellas de mar, ciertamente me sentí como una.
Al final sólo puedo dar las gracias de haber estado en un lugar a dónde nunca se me habría ocurrido ir por mi misma. En realidad no tomé tantas fotos porque estaba ocupada abriendo mucho los ojos, tratando de ver los detalles, pensando en la exhuberancia de América Latina y sus pueblos, en su alucinante geografía y la historia de su gente (nuestra historia). Es fácil olvidar que somos parte de todo eso y yo no quiero olvidarlo nunca.
Te ves bellísima, definitivamente es tu porte y naturalidad. Nunca pensé que Panamá es tan hermoso... Espero que nos deleites con más posts de tu viaje exhuberante al hermoso Panamá.
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