L'eau d'Issey Florale

Lo que me interesa es lo que no conozco.

Issey Miyake.

La primera L'eau d'Issey nació en 1992. Las fragancias no suelen tener vidas largas... igual que la ropa, los aromas pasan de moda. Sin embargo hay creaciones atemporales que, no importa cuando las conozcas por vez primera, son siempre actuales. Ese es el éxito de L'eau d'Issey.

A veces los perfumes nos llenan de estímulos: desde las imágenes de su publicidad, pasando por el diseño del frasco hasta llegar a sus aromas. Issey Miyake busca otras cosas. El lujo de la elegancia, lo depurado. El triunfo de lo minimal cuya alma es más bien zen. Su primer perfume es puro y nítido, como si su corazón fuese de agua.

Lo que Issey Miyake proponía en 1992 no era más que una nueva visión de la femineidad. Una femineidad sin artificios, pura y esencial.

Casi 20 años después, el diseñador japonés propone una nueva versión que reinterpreta "dos grandes códigos de la expresión de lo femenino".

Yo no soy de perfumes florales. Irónicamente mi favorito es floral, cierto, pero para que un aroma floral me capture tiene que ser inesperado. Y L'eau d'Issey Florale ciertamente lo es. No sorprendente, si inesperado.

Ahora les explico qué quiero decir con inesperado. Volvamos un poco: apenas presionas el atomizador de L'eau d'Issey Florale la habitación se llena de olor a rosas. No me gusta el olor a rosas. Para mi hay dos clichés relativos a los perfumes: las fragancias florales dulces y engolosinadas y las rosas. Y si seguimos, uno de esos códigos "de lo femenino" a los que me refería un poco antes es el color rosa. ¿Cómo, a eso tan elemental, tan conocido hasta la saciedad, se le da un giro tal que termina siendo tan especial? ¡Oh! No sé cómo, lo que sé es que en este perfume eso está muy logrado.

Las rosas de esta fragancia son botones que están por abrirse y en su unión con el lirio blanco se crea un algo que es más que la suma de dos elementos. Crea una sensación inesperada que se aleja del ultraconocido perfume de rosas. Les contaba que en cuanto presionas el atomizador la habitación se llena de rosas, pero eso es apenas un momento... en menos de un segundo aparece algo desconocido: elegante, emotivo, femenino y tierno. Emoción pura. Después aparecen las notas de mandarina y en la profundidad de L'eau d'Issey Florale se descubren maderas blancas. Es naturaleza en su forma más sencilla, es como si pudieras llevar contigo el rocío del amanecer. Como si pudieras ser tu misma sin artificios, tranquilamente.

 L'eau d'Issey Florale no es para mujeres agresivas. Es para mujeres que serenamente saben quienes son y pueden hacer eso, ser. Sin necesidad de parecer. Es para mujeres que puedan apreciar pequeñas cosas muy sutiles. ¿Personalmente?  Me hace pensar en la niña que fui pero ya no soy, me hace sentir en contacto con esa niña feliz e inocente y me hace sentir una mujer orgullosa de haber sido esa niña.

Ahora siento que me estoy poniendo cursi y como -ejem- este es un blog de moda, escribiré unas lineas al respecto: de las tendencias para esta primavera, si te decides por lo minimalista, si te decides por las prendas color rosa empolvado, si te decides por el romanticismo irresistible o si te decides por las inspiraciones en el ballet y las bailarinas, L'eau d'Issey Florale te acompañará bien en esa decisión.

A la venta en tiendas departamentales a partir de los próximos días. Y si eres aprensiva como yo y odias que descontinuen tu perfume o no encontrarlo más cuando se te acaba, la buena noticia es que este no es una edición limitada.